lunes, 20 de enero de 2014

HISTORIAS QUE ERIZAN LA PIEL...


...EN  EL CAFE UFOLOGICO RIO54 DE ENERO


Café Ufológico RIO54 Enero de 2014, Felix Di Lernia, María Olivera, Susana Slipak, Débora Goldstern, Mario Coen, Horacio Sorbaro, Daniel Alessandro, Daniel Postizzi, Roberto Prieto, Sebastián Araya, Mario Lupo, Luis Páez, Edgardo Stekar, Alberto Portalet, Rubén Morales, Xuan González, Ana Serrano, Javier Stagnaro,  Alex Gómez, Aldo Barroso, Rubén Romano y Luis A. Baynham.


RIO54, el primer café ufológico de la Argentina, que desde 2010 realiza sus reuniones mensuales continuadamente, entró al 2014 con toda energía, siempre fiel a los principios de que en RIO54 todos somos escuchados por igual, hay libertad de palabra, cada cual solo paga lo que consume y son bienvenidos todos y todas quienes se interesan por el tema ovni y afines. 
Esta nueva movida cultural es tan positiva que se ha extendido a distintas ciudades del país con reuniones similares que integran la Red Argentina de Cafés Ufológicos y se ha contagiado también a Valparaíso (Chile) y Valencia (España) con total éxito. Agradecemos que nuestras actividades hayan sido incluidas en el sitio Les Rencontres Ufologiques, (R.U.) que depende de la Fédération Francophone d'Ufologie, (F.F.U) y además que se difundan a través de L'Académie d'Ufologie de Francia, contando también con el apoyo de la mutual MUFON de Estados Unidos. Cuando comenzaron estas reuniones, los coordinadores Mario Lupo y Rubén Morales jamás imaginaron que podría generarse esta creciente proyección a escala nacional e internacional.

Como corresponde a la primera reunión del año, en pleno período de vacaciones, la de enero fue un agradable encuentro con más de 20 participantes que lanzaron interesantes historias a la mesa.
Llegaron por primera vez a RIO54 y fueron bienvenidos Daniel Alessandro y Roberto Prieto. El caso de Daniel es muy particular, siempre quería venir a nuestras reuniones pero por razones laborales nunca pudo, esta vez concurrió gracias a que nos seguimos reuniendo durante las vacaciones y tal vez sea la única oportunidad del año en la que pueda participar. Fue un gusto tenerlo en la mesa porque es un gran lector del tema ovni, ha tenido experiencias mientras realizaba filmaciones en Capilla del Monte, e intercaló interesantes comentarios sobre distintos asuntos que circularon en la conversación. El otro recién llegado, Roberto Prieto, resultó ser un apasionado estudioso de estos temas, además de profundizar en aspectos filosóficos y espirituales. Comenzó presentándose tímidamente pero se integró tanto al grupo que fue uno de los últimos en retirarse. 
Mario Coen, uno de nuestros permanentes amigos de "la ufología histórica" recordó el congreso sobre ovnis que se realizó en el Teatro Gral. San Martín en 1974 con una enorme cantidad de público, que superaba las 3.000 personas. En esa oportunidad se presentó un testigo que era un hombre de campo, muy sencillo en sus palabras, que tuvo una extraña observación en 1965 cuando con su camioneta "Estanciera" transportaba leche de los tambos en zonas rurales cercanas a Berazategui, Pcia. de Buenos Aires. Se llamaba Ramón Pereyra y relató que al pasar por la zona llamada "Monte de los curas" vio una especie de huevo de unos dos metros, sobre el pasto. Detuvo la estanciera, se acercó caminando, vio que el objeto oval tenía tripulantes que le parecieron personas normales, caminó alrededor para verlo bien, podría haberlo tocado pero no lo hizo "por educación" -según sus palabras. Trató de conversar con ellos, pero no le respondieron. En determinado momento el objeto se elevó hacia el cielo y el hombre quedó muy confundido, pensando que eso sería un avión secreto de los rusos, porque tanto el aparato como los pilotos le parecieron absolutamente terrestres, al punto que Pereyra no aceptaba ninguna otra interpretación del hecho. Mario Coen dijo que ese caso fue el más comentado en ese congreso y se le hicieron todo tipo de preguntas al testigo, las que Pereyra respondía con espontaneidad. Relatos como éste nos hacen reflexionar acerca de cuantos capítulos de la pequeña historia de la ufología hace falta rescatar antes de que caigan en el olvido.

Mario también contó otras anécdotas personales, se refirió a su ascenso al Uritorco junto a Fabio Zerpa y un grupo de personas, hacia el año 1993. Llegaron a la base del cerro en una tarde de niebla y llovizna, demasiado tarde como para hacer cumbre, pero desde el segundo descanso vieron bailar al sol, posiblemente por las condiciones atmosféricas. Desde arriba no observaron nada extraño, pero dos mujeres que no se animaron a subir y permanecieron esperándolos en la confitería de abajo, dijeron que todo el tiempo estuvieron viendo luces sobre el cerro.

Luego la charla se internó en los misterios de la antigüedad, Coen habló de los caballeros templarios, Débora Goldstern (que al igual que Javier Stagnaro se especializa en investigar el mundo subterráneo) se explayó sobre los annunakis, los ángeles caídos y los gigantes bíblicos. Dio referencias de que también en Tiahuanaco (Bolivia) habría gigantes enterrados y añadió que el mundo antiguo estaba mucho más interconectado de lo que parece, por ejemplo las cerámicas de la cultura Aguada-Condorhuasi en Pcia. de Catamarca, Argentina, tienen clara influencia de la cultura Tiahuanaco. Javier Stagnaro también se refirió a arcaicos laberintos de piedra encontrados en Uspallata, Mendoza. A continuación Rubén Morales recomendó seguir de cerca la tarea que está realizando Juan Acevedo Peinado en la restauración del Shinkal de Quimivil en Catamarca, un conjunto de ruinas del período incaico que comprenden un gran numero de construcciones, algo así como un Machu Picchu en menor escala. Cabe mencionar que Juan Acevedo es psicólogo y fue uno de los mayores referentes del grupo ufológico CIFO en Rosario, además hay otros ovnílogos que participan en el proyecto de poner en valor el Shinkal de Quimivil, en tanto otros ex integrantes de CIFO son los que actualmente realizan las reuniones mensuales del Rosario Ovni Bar, en el bar Esther, el café ufológico rosarino. Esto permite advertir que la ufología no se limita solo al tema de los platos voladores sino que es un disparador para multiplicar las indagaciones en los más diversos dominios del saber. 
También estaba presente en el Café Ufológico RIO54 Xuan González, otro apasionado estudioso de los pueblos originales americanos, quien recordó los trabajos de Juan Acevedo y Néstor Berlanda sobre las abducciones y su conclusión sobre que lo abducidos no tienen conductas patológicas y pueden desarrollar poderes paranormales luego de su experiencia. 
Javier Stagnaro relató un curioso caso que investigó personalmente cuando él entrevistó al testigo Carlos Colón, un mecánico de maquinaria agrícola de Trenque Lauquen, Pcia. de Buenos Aires. Una tarde con cielo encapotado de agosto de 1999, mientras conducía su camioneta en una zona de campo por la ruta nacional Nº5, comenzó a escuchar un zumbido muy intenso en la radio que estaba encendida, el ruido era cada vez más fuerte, como un enjambre de abejas. Pensó que era una interferencia causada por una falla eléctrica dentro del vehículo. Detuvo la camioneta para revisarla. Entonces ve algo que viene hacia él rápidamente a campo traviesa, y se asusta, pero "eso" se detiene a unos 20 metros. Eran cinco figuras humanas que parecían estar dentro de un pantalla, como si "eso" que vino fuera una proyección. Eran muy altos, vestían un traje ajustado blanco y visor negro. Hacían movimientos con las manos, en cierto momento pusieron las manos atrás y se agacharon, como un elenco teatral que saluda. Luego vio que los seres se juntaban a la vez que la pantalla se achicaba, a modo de un cono que asciende y se pierde en el cielo. Lo afectó mucho ver esta "compresión" de la escena y súbita elevación. Volvió a escuchar el sonido de la radio y eso lo trajo a la realidad. Se asombró al darse cuenta de que estaba parado dentro del campo, y que entre la camioneta y él estaba el alambrado. No entendía como llegó hasta ese lugar. Tal fue el impacto emocional sufrido que puso en marcha la camioneta y se dirigió al hospital para hacerse revisar. En el hospital dijo que no se sentía bien sin dar más explicaciones para evitar las burlas. Un médico lo revisó, le tomó la presión y el pulso, y hallando todo normal le dijo que no se preocupara. Al día siguiente, Carlos Colón contó lo sucedido en un bar pueblerino y un gaucho que frecuentaba el lugar le dijo que un camionero vio lo que parecía ser un "caño" brillante encima de un monte de árboles. Colón quedó muy atemorizado, pero semanas después juntó coraje y volvió al lugar del avistamiento. Detuvo la camioneta, cruzó el alambrado, y en el suelo encontró papeles con anotaciones, monedas y otras pertenencias que reconoció como propias, evidentemente se le habían caído de los bolsillos aquella terrible tarde. Le llamó la atención, porque no recordaba haber hecho movimientos bruscos que provocaran la caída de esos objetos, "es como si me hubieran levantado por los pies" decía. Sin dudas, es otro caso muy intrigante como el relatado antes por Coen, eventos signados por la irrupción inesperada de lo sobrenatural en un entorno campestre.
Rubén Morales añadió otro suceso de ribetes extraños sucedido en La Dulce (Pcia. de Buenos Aires) y recordó su entrevista a Manuel Arias. Arias era un productor agrícola de la zona, quien declaró que junto a su mujer, en una noche tormentosa de 1978, vieron un gran objeto ovoide oscuro, con ventanillas iluminadas, que permaneció suspendido sobre un monte de árboles a pocos centenares de metros de la casa. De ese objeto salieron dos focos, como linternas, que se fueron acercando a la casa uno detrás del otro, parecían flotar en el aire, avanzaban a unos 20 km/h. Era imposible distinguir en la oscuridad si había alguna "forma" que sostuviera los focos. Llegaron hasta un galpón usado para guardar maquinarias y dieron dos vueltas alrededor del galpón, para lo cual debieron pasar por un estrecho pasillo que lo separaba de otro, maniobra que indicaría un comportamiento inteligente por parte de estos "focos".

Por fin Luis Alberto Baynham relató una anécdota personal sucedida en proximidad de la ciudad de Azul, que no parece relacionarse con ovnis pero sí es muy sugerente. Los ocupantes de un automóvil percibieron por el espejo retrovisor que estaban siendo seguidos por una ambulancia blanca, parecía antigua, tipo Cadillac. El conductor del auto se acercó con prudencia a la banquina y bajó la marcha para darle paso. Varios centenares de metros adelante les llamó la atención que la ambulancia no los sobrepasaba. Entonces miraron por la luneta trasera y vieron que no había ambulancia alguna. Pero al mirar el espejo retrovisor, la ambulancia fantasma reaparecía. Terminaron por frenar el auto para bajarse y confirmar que estaban solos en esa ruta. El misterio, en todas sus facetas, siempre dice presente en RIO54.

Como cierre de la reunión se hicieron sorteos gratuitos de libros, DVDs y tarjetas gentilmente aportados por Javier Stagnaro, Sebastián Araya, Mario Coen y Rubén Morales.

El próximo Café Ufológico RIO54 será el jueves 6 de febrero, a las 18,30 en el Café de la Subasta, Río de Janeiro Nº 54, Ciudad de Buenos Aires.

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