martes, 5 de mayo de 2015

Café ufológico RIO54 de abril. De los estudios oficiales a la investigación académica


Estuvieron presentes en el Café Ufológico RIO54 de abril de 2015:
Isidoro Markus, José Fandi, Alex Gómez, Ana Serrano, Luis Páez, Diego Cantiano, María Alvarez, Daniel Postizzi, Félix Di Lernia, María Olivera, Sebastián Araya, Horacio Sorbaro, Flavio Solferino, Susana Toubes, Carmelo Faraci, Renato Monti, Pablo Warmkraut y su hijo Kevin, Patricia Williams, Patricia Sibar, Sandra Olmedo, Marcelo Sánchez, Miguel Arjona, Marta Magliola, Javier Stagnaro, Celeste Chiesa, Mariano Olivera, Natalia Sericano, Alejandro Aucana, Raquel Gómez, Florencia Rodríguez, Néstor Pérez, Luis Rivadeneira, María del Carmen Herrera, Javier Palacios, Héctor Postan, esta vez con la coordinación de Rubén Morales ya que Mario Lupo estaba de viaje. Pedimos disculpas si alguien más estuvo y no retuvimos su nombre.



El Café Ufológico RIO54 tuvo su concurrida reunión de abril, como siempre en el Café de la Subasta de Buenos Aires y como es habitual se le dio la bienvenida a aquellos que llegan a nuestra mesa por primera vez con ganas de conversar con libertad de palabra y agenda abierta sobre ovnis y tópicos afines. Entre ellos, Florencia Rodríguez, estudiante de medicina, quien relató una observación desde el barrio porteño de Palermo. Por su parte Renato Monti contó un curioso episodio que le sucedió a su hermano en una finca vitivinícola de San Rafael, Mendoza. Una noche se cortó la electricidad y por el fondo de la finca comenzó a verse un fuerte resplandor de color azul. Los testigos se acercaron temiendo que fuera un incendio, aunque el color azul los intrigaba. De pronto la luminosidad se apagó y de inmediato se restableció la corriente eléctrica.
Néstor Pérez refirió dos avistamientos personales, el primero de tres luces que cruzaron raudamente el cielo en Villa Montero, Entre Ríos y el segundo caso fue la visión de un objeto alargado del que salían luces "como estrellitas, rojas, azules", observado desde el séptimo piso de un edificio de Quilmes, Pcia. de Buenos Aires.
Héctor Postan, también en su primera visita al Café Ufológico RIO54 dijo que desde hace años investiga el tema del llamado "chupacabras" y mencionó un campo en Entre Ríos donde hubo 51 novillos muertos, "aparece porque estamos interactuando con algo" -enfatizó. Mostró también fotografías que tomó en Atacama (Chile) acerca de formaciones minerales que semejan representar extrañas figuras.
El estudiante avanzado de sociología Javier Palacios llegó a RIO54 por estar preparando un proyecto de tesis acerca del tema ovni, "vine con la intención de que me acepten y me asusten un poco" -bromeó. Por supuesto, se le dio la bienvenida, Rubén Morales le sugirió bibliografía y algunas ideas para enfocar su tarea, mientras que Daniel Postizzi valoró que el tema sea abordado en los ámbitos universitarios ya que en la medida que eso se logre, los medios periodísticos dejarán de ridiculizarlo.
Carmelo Faraci sostuvo que el narcisismo ancestral que tenemos, forjado durante milenios, muchas veces no nos permite ver la realidad y las religiones han contribuido a que nos creamos los únicos seres inteligentes del universo. Muchas veces nuestra percepción es errónea y nos lleva a falsos convencimientos sobre cosas que no existen -afirmó.
Luis Rivadeneira habló de sus viajes a Capilla del Monte donde conoció a personalidades del ámbito ufológico como Jorge Suárez y Silvia Pérez Simomdini. Además contó que vive en proximidades de Monte Grande y que fue despertado en la madrugada cuando se produjo la gran explosión del 2011. Su comentario encendió ese tema de conversación sobre el cual Alex Gómez resaltó que todo había caído hacia adentro como en una implosión, criterio que fue objetado por Daniel Postizzi argumentando que las implosiones solo suceden en el espacio vacío o en laboratorio. Añadió que lo que realmente cayó en esa oportunidad, e impactó fatalmente sobre una vivienda,
a causa de un error operativo, fue el motor de un misil que usaba hidracina como combustible. Pablo Warmkraut, por su parte, anunció que tiene en preparación un libro donde develará la verdad sobre lo que sucedió en Monte Grande. En cafés ufológicos anteriores, el tema Monte Grande siempre dio parecidas confrontaciones de hipótesis, incluso sumando varias otras, y todas han sido defendidas con atendibles fundamentos, lo que termina por enriquecer el conocimiento de todos en múltiples e impensados aspectos.
María del Carmen Herrera se presentó relatando su trayectoria en el tema ovni, dijo que conoció por ejemplo a Silvia Pérez Simondini, Adrián Nicala y Jorge Suárez.
Nos dio mucha alegría contar con la presencia de Alejandro Aucana, asiduo concurrente de RIO54, ya que su salud había causado preocupación, no había venido a la reunión anterior por estar internado en un hospital de Córdoba luego de haber visitado Campo del Cielo, Chaco, un lugar donde hace aproximadamente 4500 años se produjo la caída en fragmentos de un gran meteorito férrico que dejó una veintena de cráteres y más de 100 toneladas de restos meteóricos. Alejandro recorrió ese lugar en un día de muy intenso calor y eso parece haber afectado su salud. Expresó que Campo del Cielo es un lugar que vale la pena visitar pero sobre todo en invierno por las altas temperaturas que alcanza en temporada estival.
Luego Javier Stagnaro resaltó la importancia del abordaje de estos temas desde un punto de vista científico, y en tal sentido relató su experiencia de haber pertenecido a una comisión "semioficial" de militares y civiles dedicada a investigar el tema ovni, creada en la década de 1990 en el ámbito del CITEFA (Instituto de Investigaciones Científicas y Técnicas de las Fuerzas Armadas) con la conducción del Comodoro (RE) Juan Carlos Masscietti. Javier mencionó también una serie de nombres de otros integrantes de aquella comisión, entre ellos militares, ingenieros, psiquiatras, especialistas en armamento, químicos, expertos en tecnología satelital, médicos forenses, etc. El organismo estuvo activo entre 1990 y 1997, contando para sus operaciones con apoyo de CITEFA, del Ministerio de Defensa y de Gendarmería Nacional. Entre otras actividades realizó investigaciones sobre las luces vistas en Victoria (Pcia. de Entre Ríos), estudió unas huellas registradas en Navarro (Pcia. de Bs As.), revisó el caso Polanco (Bariloche, 1995) y los fenómenos de Capilla del Monte (Pcia. de Córdoba). Javier destacó su participación en la investigación de un caso sucedido en una zona rural cerca de Esquina (Pcia. de Corrientes) en 1995. Un matrimonio había visto próximo a su vivienda un "plato volador" con un tubo luminoso que irradiaba calor e impedía acercarse. El fenómeno se repitió por varios días, lo que permitió que hubiera más testigos y la posibilidad de obtener fotos y filmaciones. El calor que emitía era tan intenso que quemó el sensor de una de las cámaras. Fue uno de los pocos casos en que los testigos vieron al objeto en el momento de dejar las huellas. Tal como sucedió con los otros avistamientos investigados por esta ya disuelta comisión, el informe realizado continúa vedado al público. En 1997 la comisión presentó al Ministerio de Defensa un documento con más de 300 folios en los que se enumeraban las conclusiones del estudio, documento que nunca fue difundido públicamente. Javier agregó que esta comisión operaba anónimamente, sin darse a conocer ni emitir comunicados de prensa.
Como síntesis de lo planteado por Javier Palacios y Javier Stagnaro se obtiene un aprendizaje que intentaremos resumir: No existe una sola forma de investigación, no existe un solo método ni un solo objeto de estudio. La investigación académica de origen civil, universitario, es diametralmente distinta a la investigación de las comisiones militares.  La investigación académica incluye el planteo de hipótesis, comprobación de fuentes, explicitación de objetivos y métodos, estudio de casos, confrontación con bibliografía científica y publicación final de los trabajos realizados, para que puedan ser revisados, a su vez, por otros estudiosos. En cambio las comisiones militares en el tema ovni suelen basarse en el secreto de sus acciones y métodos, en interconsultas confidenciales a expertos que no serán citados y, por último, archivan sus estudios. No limitan el secreto a los temas de importancia estratégica o de defensa nacional sino que lo extienden a los aspectos más anodinos, en una estrategia general de conservación del poder a través del ocultamiento. En cambio la investigación académica se empodera y prestigia en la explicitación de los métodos y la publicación de los trabajos en espera de su aceptación o cuestionamiento.

La reunión estaba llegando a su fin, Héctor Postan y Pablo Warmkraut mencionaron algunos curiosos fenómenos luminosos vistos en la emblemática estancia La Aurora en Salto, Uruguay, que años atrás era un punto de visita habitual para los interesados en el tema ovni. Y  Diego Cantiano dejó flotando el interrogante acerca de si el fenómeno pudiera ser producido por nosotros mismos...
Pero todo esto solo fue parte de lo que se dijo en esta apasionante reunión de abril.

La próxima reunión del Café Ufológico RIO54 será el jueves 7 de mayo, a las 18,30, en Río de Janeiro 54, CABA, como todos los primeros jueves de cada mes.


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